tendría unos 15 años. mi amor infantil, de nombre Ella, mi mejor amigo de nombre Él, y su novia de nombre Noviadeél, caminábamos en un tranquilo y apacible día de agosto. el clima era benévolo. se podía escuchar el bullicio citadino, pero nosotros éramos un ente diferente, apartado del monstruo metropolitano. por ese entonces los pensamientos adolescentes invadían nuestras inmaduras cabezas. algunas veces gustábamos de infringir la Ley sin pensar en consecuencias. por ejemplo, Él y yo disfrutábamos de robar letreros que indicaban las calles. quemábamos papeles en plena vía pública y pintábamos las paredes. Ella y Noviadeél reían calladas, mientras intercambian los chismes más candentes del colegio. así pasaban innumerables tardes. hasta ese día de agosto. en un arranque de irraciocinio infantil, propuse a Él una actividad maravillosa. esquivar automóviles. no sé qué pasó por mi, ahora lo sé, dañado cerebro. el primero en intentarlo fue Él. ¡qué movimientos! parecía un patinador deslizándose sobre una gélida pista. fue mi turno. di el primer paso al asfalto recalentado por la estrella fulgurante. recuerdo un impacto verde. verde fue lo último que mis ojos vieron ese día.
desperté unos días después tal vez. sentía la mitad de mi cuerpo rígida por el yeso endurecido que protegía mis huesos rotos. tenía vendado un ojo y la mandíbula me dolía terriblemente. parecía una escena de dibujos animados. casi en mi totalidad blanco. casi embalsamado. casi momia. entró una enfermera para cambiarme un vendaje de la pierna derecha, la cual no estaba tan maltrecha. le pregunté por mi familia. dijo que había ocurrido un terrible accidente en la ciudad. no pregunté qué. no pude. lo deduje. mi familia estaba muerta. nadie venía a visitarme. hasta que una mañana nublada. por la puerta de color beige, apareció una menuda figura femenina. llevaba vestido rojo, y una bolsa en la mano. se acercó a mi prisión corporal, y pasó su mano suavemente sobre mi cabello alborotado. sonrió angelicalmente. jamás olvidaré ese momento. parecía conocerme de años. dijo que su nombre era Niña. Niña era la mujer de mi vida.
Me recuperé de mis heridas rápidamente. como no me quedaba ningún familiar, y mis amigos no habían ido a visitarme, pensé lo peor. ciertamente la ciudad estaba en ruinas. parecía como si un terremoto hubiera arrasado con todo. la verdad nunca supe qué había pasado bien. habían pasado 5 meses desde mi accidente y era la primera vez que podía usar mi cuerpo completamente. Niña y yo éramos ahora novios. yo la amaba y Niña a mí. así transcurrió mucho tiempo. mi vida era perfecta. Niña y yo íbamos a la misma Universidad. 4 años desde la tarde de agosto cuando un auto verde impactó mi vida. gracias a la familia de Niña, había salido adelante. ellos me adoptaron como a un hijo al momento de saber mi tragedia. yo les agradecía haciendo labores en la casa y tratando de ganar algún dinero de vez en cuando. crecimos mi novia y yo juntos. la mujer de mi vida. terminamos la carrera, hicimos amigos cercanos. una Utopía, Moro seguramente se imaginó algo como mi vida.
a los 25 años, una noche de invierno, decidí pedir matrimonio a Niña. le tenía preparado el anillo de compromiso que secretamente había comprado en complicidad con nuestra mejor amiga. Niña aceptó. gracias a mi trabajo, tenía ingresos considerables, que me alcanzaban para darnos el lujo de tener casa propia, y suficientemente grande, tres autos, viajábamos bastante. sólo nos faltaba la boda. Niña compró un vestido precioso. rojo como el primer día que la conocí. recuerdo que mis amigos fantasearon con prepararme una despedida de soltero en grande, la cual se transformó en una de las reuniones más íntimas que jamás tuve. Niña y yo dormíamos juntos. al día siguiente era nuestra boda. me fui a acostar. le di un beso en los labios a mi prometida y quedé dormido.
Desperté. cansado, aturdido, como si algo no estuviera bien. parecía que la luz me lastimaba al abrir los ojos. era un luz intensa que me daba directo en el rostro. con dificultad traté de mover mis manos pero estaban débiles, bastante débiles. me costó mucho trabajo levantar mi brazo. a lo lejos escuché una voz. "¡Ha despertado!". exclamaban con júbilo. inevitablemente pensé en Niña. algo había ocurrido. mis ojos poco a poco se adaptaron a la potente luminosidad. pude enfocar una sala con una puerta beige. estaba postrado. monitores a mi alrededor y un señor con bata blanca era el que antes había hablado. los gritos los habían escuchado personas afuera del cuarto. de repente entró una cara remotamente conocida. como su la hubiera visto en otra vida. años atrás. en un pasado distante. irreal."¡Es verdad! ¡Mi amor, has despertado!". la silueta femenina se acercó a darme un beso. quise pronunciar alguna palabra pero no salieron de mi boca.
Ella, Él y Noviadeél me miraban con alegría junto a mi cama. había despertado del coma. era una día de invierno, tendríamos 15 años, pero mi cabeza era ya, mucho más vieja.
Rringou | 4 de mayo de 2010, 22:09
Eres un master, narrador perfecto :) love you so much!!!
Majo Heralv | 11 de mayo de 2010, 20:18
Idolo =)